La ordenación diaconal es un acontecimiento de profundo significado y trascendencia en el camino de aquellos hombres que han sido llamados a servir a Dios como ministros en Iglesia. Este sacramento, ya desde los tiempos apostólicos, configura con Cristo de una manera especial a quienes son ordenados, disponiéndolos para llevar a cabo su misión de diaconía en la comunidad.

Las ordenaciones no son solo un momento de celebración para los candidatos, sino también para toda la comunidad cristiana. Es un recordatorio tangible de la continuidad de la tradición apostólica y un llamado renovado a la participación de todos los fieles en la misión de la Iglesia. Su ministerio enriquece y fortalece la labor evangelizadora y pastoral de la Iglesia.