¡Ay de mi si no anunciase el Evangelio! (1 Cor 9,16).
Momentos de gracia para nuestro seminario
En el seminario Redemptoris Mater de Medellín hemos tenido la gracia de acoger
este año del 19 al 21 de octubre el XI Encuentro Nacional Misionero de
Seminaristas de Colombia, llevado a cabo por la Conferencia Episcopal
Colombiana y la dirección nacional de las Obras Misionales Pontificias, en cabeza
del presidente de la Comisión Episcopal de Misiones Mons. Mario de Jesús
Álvarez, Obispo de Istmina-Tadó, y del Padre Manuel Vega León, director del
Departamento de Ministerios Ordenados de la conferencia Episcopal. Al encuentro
han asistido cerca de 110 de seminaristas y 30 sacerdotes formadores, en
representación de todos los seminarios diocesanos de las 14 provincias
eclesiásticas del país (Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena,
Florencia, Ibagué, Manizales, Medellín, Pamplona, Popayán, Santa Fe de
Antioquia, Tunja y Villavicencio), un formidable encuentro que sin duda manifiesta
como “la Iglesia mantiene vivo su empuje misionero y no descansará hasta que no
haya puesto de su parte todo lo necesario para proclamar la Buena Nueva de
Jesús Salvador” (Evangeli Nuntiandi 53).
El objetivo fundamental del encuentro ha sido fortalecer en los seminarios
mayores de Colombia el espíritu misionero de la Iglesia universal, mediante la
preparación del Congreso Misionero - Centenario que se celebrará en el 2024, el
hermanamiento misionero y la implementación de la Ratio Nationalis. El lema del
encuentro ha sido “Testigos de Cristo… Misioneros en camino”, una frase que
refleja el principio y fin de la misión de la Iglesia, como lo revela ya el mismo
Jesucristo: “recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y
seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de
la tierra” (Hch 1,8), una palabra que más allá de sellar el sentido de este encuentro
ha de resonar siempre en el corazón de cada bautizado. En este contexto el padre
Manuel Vega León, nos exhortaba a que esta experiencia fraterna incida
profundamente en los procesos formativos de los seminarios, manteniendo los
ojos fijos en Jesús para no desviarse del camino misionero.
La riqueza de estos tres días de fraternidad, nos ha dado la oportunidad de
comprender mejor el panorama misionero de la Iglesia en Colombia, los grandes
retos que se le presentan y la fortaleza que posee para afrontarlos. Dichos temas,
junto con la realidad del hermanamiento misionero, han sido abordados en la
ponencia realizada por Mons. Carlos Alberto Correa Martínez, Vicario Apostólico
de Guapi, donde afirmaba que “el amor misionero se enciende en la casa, entre
nosotros; no es cuestión de gustos, no es salir a motu propio, es en comunión con
la Iglesia”.
Para abordar la celebración del centenario del primer Congreso Nacional
Misionero, Mons. Mario de Jesús Álvarez realizó una exposición titulada: "Una
mirada histórica de diversos congresos misioneros nacionales", donde ha sido
significativo reconocer la importancia de figuras oriundas del país y pioneras del
congreso misionero como la madre Santa Laura Montoya y Mons. Miguel Ángel
Builes quienes, pensando en responder al llamado de la Iglesia a revivir el sentido
de la misión, el 15 de agosto 1924 realizaron un primer Congreso Misionero en el
país.
Otro aspecto importante del encuentro fue tratar y analizar la formación misionera
en los seminarios a la luz de la Ratio Nationalis, evaluando los avances y desafíos
en cada una de las etapas, de forma que el proceso formativo sea
verdaderamente progresivo, integral, permanente y misionero. Se hizo énfasis en
no descuidar la vida espiritual de quien recibe la vocación de seguir a Jesús para
configurarse con Él, pues “la formación espiritual constituye el centro vital que
unifica y vivifica su ser sacerdote y su ejercer el sacerdocio” (Pastores Dabo Vobis
45).
A lo largo del encuentro se realizaron también varias mesas de trabajo, en las
cuales participaron todos los asistentes, quienes dispuestos a colaborar con la
obra misionera de la Iglesia aportaron cada uno visiones particulares desde sus
diócesis, enriqueciendo en general el panorama eclesial de todos los
representantes de las casas de formación. Dichas mesas de trabajo, unidas a
algunas actividades lúdicas y de entretenimiento, fomentaron un ambiente fraterno
que reflejó la unidad con la que la Iglesia en Colombia camina como testigo del
profundo amor de Dios a todos los hombres.
El Papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, requería
urgentemente una impostergable renovación eclesial, afirmando: “Sueño con una
opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los
estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce
adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la
autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo
puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más
misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y
abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y
favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a
su amistad”.
Para el seminario misionero arquidiocesano Redemptoris Mater de Medellín, ha
sido un privilegio poder acoger y participar de este Encuentro Nacional Misionero
de Seminaristas de Colombia, porque una vez más nos recuerda nuestro carisma
fundamental de formar presbíteros para la nueva evangelización, dispuestos a
partir a todas partes para anunciar la Buena Nueva de Cristo Resucitado. Nadie
puede conocer el amor de Dios y permanecer en silencio, por eso vale la pena
hacer propias las palabras del apóstol San Pablo: “¡Ay de mi si no anunciase el
Evangelio!” (1Cor 9,16).