El pasado viernes 7 de junio, con ocasión de la visita pastoral de monseñor Paolo Rudelli, Nuncio Apostólico en Colombia, tuvimos en el seminario un encuentro con todos los seminaristas de la Arquidiócesis de Medellín para celebrar la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, fiesta patronal del Seminario Conciliar. En un primer momento celebramos la Eucarística presidida por monseñor Paolo Rudelli, junto con nuestro arzobispo monseñor Ricardo Tobón Restrepo y monseñor José Mauricio Vélez, su obispo auxiliar. Terminada la Eucaristía tuvimos una cena todos juntos, como momento maravilloso de comunión y alegría.

En la homilía, monseñor Paolo Rudelli nos dirigió a todos los seminaristas palabras de ánimo, ilustrándonos claramente qué es la vida del seminario:

“Les invitaría a aprovechar con toda generosidad de las oportunidades que la Iglesia les da en estos años de seminario. Es el tiempo del desierto, en donde Dios les toma en sus brazos y les enseña a caminar, les da de comer, les lleva a su mejilla como un padre hace con sus hijos. Es el tiempo en el que Dios pone leyes, para que aprendan a ser libres de verdad.

Por supuesto estos años de formación son también, como el desierto bíblico, el tiempo de la tentación, el tiempo en el que Dios quiere probarles, para que aparezca lo que tienen en el corazón y para así purificarlos. Las tentaciones del seminario las conocemos: la de olvidarnos pronto del primer amor, la de acomodarnos al haber alcanzado un estatus, la de pensar de saberlo todo de la Iglesia.

Estas tentaciones hacen parte del camino y de alguna manera tenemos que atravesarlas para poder vencerlas. Las armas que la gracia de Dios nos proporciona son muchas. Ante todo, la oración, y de especial manera la Eucaristía celebrada y adorada cada día. Allí se nos revela el poder de Cristo, allí podemos aprender desde él a ser sus hijos, para poder algún día testimoniar la paternidad del Padre.”

07 / 06 / 2024